La microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, se refiere a la comunidad de microorganismos, principalmente bacterias, que habitan en el intestino. Esta población microbiana desempeña un papel fundamental en la salud, por lo que su desequilibrio puede causarnos diversos trastornos y enfermedades.
Funciones de la microbiota intestinal
– Favorecer la digestión y el metabolismo: las bacterias en el intestino ayudan en la descomposición de alimentos no digeridos por enzimas del sistema digestivo humano. Participan en la fermentación de ciertos carbohidratos, produciendo ácidos grasos de cadena corta y otros metabolitos que son beneficiosos para la salud.
– Sintetizar vitaminas esenciales, como la vitamina K y algunas vitaminas del grupo B. Estas vitaminas son importantes para diversas funciones biológicas, incluida la coagulación sanguínea y el metabolismo energético.
– Proteger contra patógenos: una microbiota intestinal equilibrada ayuda a prevenir la colonización de patógenos dañinos al competir por espacio y recursos. Además, algunas bacterias beneficiosas producen sustancias antimicrobianas que inhiben el crecimiento de patógenos.
– Fortalecer el sistema inmunitario: la microbiota intestinal desempeña un papel crucial en el desarrollo y la regulación del sistema inmunológico. Ayuda a entrenar al sistema inmunológico para distinguir entre sustancias inofensivas y patógenos, contribuyendo a una respuesta inmunológica equilibrada.
– Regular el peso y el metabolismo: la composición de la microbiota intestinal está asociada con la regulación del peso corporal y el metabolismo energético. Cambios en la microbiota pueden influir en la absorción de nutrientes y la eficiencia del almacenamiento de energía.
– Mejorar las funciones cognitivas: la microbiota intestinal puede tener un impacto en las funciones cognitivas y en la comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Por eso mismo, también tiene efectos en el estado de ánimo y la salud mental y en enfermedades como la depresión la ansiedad, entre otras.
La adquisición de la microbiota está influida por numerosos factores: tipo de parto, edad gestacional, alimentación inicial, exposición a antibióticos, etc. Y su variedad influye mucho en nuestra salud.
¿Cómo afectan los cambios en la microbiota intestinal a nuestra salud?
La microbiota intestinal juega un papel relevante en la salud y en la enfermedad. Numerosos estudios demuestran que las perturbaciones de la microbiota intestinal pueden romper la relación de simbiosis en el organismo y contribuir al desarrollo de diversas enfermedades, desde patologías intestinales a otras muchas de tipo metabólico, mental, autoinmune, etc.
El intestino se considera el órgano inmunitario más importante del adulto, pues en él se encuentra la mayor parte de las células inmunocompetentes del organismo, y además se ha comprobado que también es el segundo en número de neuronas. Este descubrimiento dio lugar a la denominación de eje intestino-cerebro.
La comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro es la principal causante de que la disbiosis o desequilibrio en la microbiota intestinal afecte no solo al sistema digestivo, sino a otros muchos órganos, causando diversas afecciones:
1. Problemas digestivos: las alteraciones en la microbiota intestinal pueden causar problemas digestivos como diarrea, estreñimiento, hinchazón, dispepsia y malestar abdominal. Una microbiota desequilibrada puede afectar la capacidad del sistema digestivo para descomponer y absorber nutrientes, lo que provoca los síntomas antes descritos.
2. Trastornos inflamatorios intestinales: los cambios en la composición de la microbiota se han asociado con enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. La disbiosis puede contribuir a la inflamación crónica en el tracto digestivo, causando estas enfermedades crónicas tan molestas.
3. Problemas metabólicos: las alteraciones en la microbiota intestinal también se han vinculado con trastornos metabólicos como la resistencia a la insulina que puede dar lugar a la diabetes y la obesidad.
4. Sistema inmunológico débil: una microbiota desequilibrada puede afectar la función inmunológica y aumentar el riesgo de infecciones, al tiempo que puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes o alergias.
5. Trastornos psicológicos: debido al eje intestino-cerebro los cambios en la microbiota pueden causar trastornos de salud mental como la ansiedad, la depresión y el estrés.
6. Intolerancias alimentarias: una microbiota saludable ayuda en la digestión y descomposición de alimentos, y su desequilibrio puede conducir a respuestas adversas a ciertos alimentos, provocando alergias a algunos alimentos o aditivos.
7. Afectación de la salud cardiovascular: la microbiota intestinal puede tener un impacto en la salud cardiovascular, influyendo en factores como la presión arterial y los niveles de lípidos en sangre.
Por todo ello, es esencial cuidar nuestra microbiota con consejos tan sencillos como lleva una dieta sana y equilibrada rica en probióticos y prebióticos, evitar el uso innecesario de antibióticos o consumir alimentos ricos en fibra. Cuida tu microbiota, cuida tu salud.
Fuentes:
Julia Álvareza, José Manuel Fernández Real, Francisco Guarner, Miguel Gueimonde, Juan Miguel Rodríguez, Miguel Saenz de Pipaon, Yolanda Sanz. Microbiota intestinal y salud. Gastroenterología y Hepatología. Vol. 44. Núm. 7. páginas 519-535 (Agosto – Septiembre 2021). https://www.elsevier.es/es-revista-gastroenterologia-hepatologia-14-articulo-microbiota-intestinal-salud-S0210570521000583