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¿Cuándo madura el sistema inmune en los niños?

Al nacer, el sistema inmunológico del bebé aún se encuentra inmaduro y sigue desarrollándose y madurando hasta que llega a la adolescencia. Por eso, durante estos primeros años de vida es habitual que los peques contraigan muchas infecciones.

¿Cómo funciona nuestro sistema inmunológico?

El sistema inmunológico es un complejo sistema biológico diseñado para proteger al cuerpo contra enfermedades y patógenos. Su función principal es reconocer y combatir organismos invasores, como virus, bacterias, hongos y células anómalas, que podrían causar enfermedades como el cáncer. El sistema inmunológico también juega un papel crucial en la reparación de tejidos dañados.

El sistema inmunológico consta de varios componentes, y su funcionamiento puede dividirse en dos partes principales: la inmunidad innata y la inmunidad adquirida.

1- Inmunidad Innata: es la primera línea de defensa del cuerpo contra los patógenos. Incluye barreras físicas y químicas, como la piel y las mucosas, así como células especializadas como los glóbulos blancos (neutrófilos y macrófagos) que pueden fagocitar (ingerir) a los invasores.

2- Inmunidad Adquirida: es específica y desarrolla una memoria inmunológica. Este componente del sistema inmunológico involucra la acción de células llamadas linfocitos (células B y células T) y la producción de anticuerpos. La inmunidad adquirida puede ser natural (desarrollada en respuesta a una infección) o artificial (inducida por vacunas).

El sistema inmunológico realiza varias funciones esenciales, entre las que se incluyen identificar y reconocer las células propias del cuerpo de aquellas que son extrañas o anormales; desencadenar una respuesta inflamatoria para limitar la propagación de infecciones y favorecer la reparación del tejido dañado; producir anticuerpos que se unen a los patógenos y los neutralizan o facilitan su eliminación por otras células del sistema inmunológico; destruir directamente células infectadas o anómalas y desarrollar una memoria inmunológica que permite al sistema inmunológico recordar patógenos previos y responder de manera más rápida y efectiva en futuras exposiciones.

¿Cómo va madurando el sistema inmunitario del niño?

Aunque los niños nacen con ciertas defensas inmunológicas, el sistema inmunitario continúa desarrollándose y fortaleciéndose con el tiempo.

El sistema inmune está silenciado durante el embarazo para evitar que el feto responda contra los antígenos no compartidos de la madre y, una vez que nace, se va despertando poco a poco para no provocar una respuesta desmedida a la gran avalancha de antígenos que va a encontrarse en el nuevo medio.

Al nacer, los bebés reciben ciertos anticuerpos a través de la placenta y la leche materna. Aunque las leches de fórmula imitan bastante bien la leche materna, esta ofrece muchos anticuerpos al bebé ya que contiene  inmunoglobulinas, lactoferrina, lisozima, citoquinas y otros numerosos factores inmunológicos, como leucocitos maternos, por lo que son una protección ideal para evitar y combatir las infecciones mientras el sistema inmunológico del bebé se está desarrollando.

A medida que los niños crecen, su sistema inmunológico sigue madurando. La exposición a diferentes patógenos, ya sea a través de la interacción con otros niños, la exposición ambiental o las vacunas, contribuye al desarrollo de una respuesta inmunológica más robusta. Por eso, no es conveniente mantener a los niños en una burbuja de cristal, es bueno que tenga contacto con otros niños, se manche y juegue en el parque para que esa exposición a diferentes gérmenes ayude a su sistema inmune a ir madurando.

Durante la infancia y la niñez temprana, el sistema inmunológico sigue mejorando su capacidad para reconocer y combatir diversos patógenos. La frecuencia de las infecciones va disminuyendo a medida que el sistema inmunológico del peque se fortalece gracias a las infecciones que ya ha superado.

En la adolescencia, el sistema inmunológico alcanza un nivel más alto de madurez. A esta edad, la mayoría de las personas han estado expuestas a una variedad de patógenos, han recibido todas las vacunas y han desarrollado respuestas inmunológicas específicas, por lo que enferman igual que un adulto sano.

¿Cuáles son las deficiencias del sistema inmune infantil?

– Las respuestas inflamatorias pueden ser menos pronunciadas en los niños en comparación con los adultos. Esto puede afectar la capacidad del cuerpo para combatir ciertas infecciones.

– Dado que los niños no han estado expuestos a tantos patógenos como los adultos, su sistema inmunológico puede no haber desarrollado respuestas específicas para una variedad de agentes infecciosos.

– La producción de anticuerpos puede ser menos eficiente en los niños, lo que puede influir en la duración y gravedad de las infecciones.

– Los neutrófilos de los lactantes tienen poca capacidad bactericida, baja respuesta a la inflamación y adhesión endotelial disminuida.

– Los monocitos y macrófagos presentan menor capacidad de secreción de citoquinas, lo que conlleva una mala reparación de los tejidos y una menor capacidad de los fagocitos para destruir los patógenos. 

– Las células dendríticas tienen un menor número y con menos capacidad de secreción de interferón, por lo que el bebé es más susceptible a las infecciones víricas.

¿Qué factores favorecen el desarrollo de un sistema inmune saludable y efectivo?

1. Favorecer el nacimiento vaginal ya que las bacterias específicas del intestino de la madre se transmiten al bebé y estimulan sus respuestas inmunes.

2. Permitir que el vérmix permanezca sobre la piel como la barrera protectora que es, por lo que no se debe bañar el bebé hasta pasadas al menos 24 horas de vida.

3. Permitir que sea el propio sistema respiratorio del bebé el que elimine los fluidos respiratorios residuales a medida que estos dejen de cumplir su función protectora.

4. Favorecer el contacto bebé-mamá constante, tanto por facilitar la ingesta de todo el calostro, como por evitar situaciones de estrés.

5. Seguir con la lactancia materna todo el tiempo posible.

6. No administrar antibióticos sin justificación clara y expresa ya que dañan la microbiota intestinal, fundamental para el sistema inmunológico.

7. Una vez comienza la alimentación complementaria, seguir una dieta sana y equilibrada.

8. El sueño también es esencial para un sistema inmunitario fuerte.

Fuentes:

Anna Rachael Carnes Verge, Guía para favorecer el desarrollo del sistema inmunológico del niño, MEDICINA NATURISTA, 2014; Vol. 8 – N.º 2: 51-56 I.S.S.N.: 1576-3080.

Simon AK, Hollander GA, McMichael A. Evolution of the immune system in humans from infancy to old age. ProcBiolSci. 2015 Dec 22;282(1821):20143085. doi: 10.1098/rspb.2014.3085.

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