El sueño es fundamental para nuestra salud y para el desarrollo y crecimiento de los niños, incluido para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico de los peques. Durante el sueño, especialmente en las fases de sueño profundo, se producen procesos esenciales que afectan positivamente al sistema inmunológico. Por eso, es esencial que tu hijo duerma adecuadamente.
¿Cómo afecta el sueño al sistema inmunológico?
Como decíamos, durante el sueño se producen una serie de procesos fundamentales para el funcionamiento del sistema inmunológico:
1. Producción de citoquinas: las citoquinas o citocinas son proteínas que regulan la respuesta inmunitaria. Durante el sueño, el cuerpo aumenta la producción de citoquinas proinflamatorias, esenciales para combatir infecciones y enfermedades. El sueño refuerza la respuesta inmune innata, que es la primera línea de defensa ante las infecciones.
Por lo tanto, la falta de sueño reduce la producción de estas citoquinas, lo que debilita la capacidad del organismo para responder a infecciones.
2. Maduración del sistema inmunológico: en los niños, el sueño contribuye al desarrollo del sistema inmunológico, ayudando a la diferenciación y proliferación de células inmunes como los linfocitos. Por eso se dice que “el sueño cura”. Este proceso es crítico durante la infancia, cuando el sistema inmunológico aún se está formando.
3. Regulación de la respuesta inmunitaria: el sueño ayuda a equilibrar las respuestas inmunes para evitar reacciones exageradas (como alergias) o insuficientes frente a patógenos. En niños que duermen mal, puede haber un desequilibrio que aumenta la vulnerabilidad a infecciones y enfermedades inflamatorias.
4. Recuperación de enfermedades: durante el sueño, el cuerpo se enfoca en la reparación y regeneración de tejidos, lo que incluye la recuperación del sistema inmunitario tras enfermedades o vacunas. Los niños que duermen lo suficiente tienen mejores respuestas inmunes a las vacunas, generando más anticuerpos y se recuperan antes de las infecciones que contraen.
Consecuencias de la falta de sueño en niños
– Mayor susceptibilidad a resfriados, infecciones respiratorias y enfermedades virales.
– Recuperación más lenta tras enfermedades.
– Posible relación con inflamación crónica, que puede predisponer a enfermedades metabólicas y autoinmunes al crecer.
– La falta de sueño disminuye la función de células que son claves para defendernos de las infecciones como son las células NK, los linfocitos T y los monocitos.
– Problemas para concentrarse y trabajar.
¿Cómo mejorar el sueño de los niños para fortalecer el sistema inmune?
1- Los niños deben dormir entre 10 y 14 horas dependiendo de su edad. Asegúrate de que se acuesta a la hora adecuada para que pueda dormir esas horas aunque tenga que levantarse pronto para ir al colegio.
2- Para ayudar a conciliar el sueño y tener un sueño reparador debes procurar que su habitación esté tranquila, a oscuras, en silencio, sin mucho calor ni mucho frío. Asegúrate de que la cama sea adecuada para su tamaño y de que la ropa sea cómoda y transpirable.
3- Hasta los 3 años los niños necesitan dormir siestas diurnas para no llegar demasiado cansados a la noche y dormir mejor. Es un error creer que dormirá mejor si no duerme nada durante el día.
4- Acuéstale siempre a la misma hora y respeta los ritmos circadianos, incluidos los fines de semana.
5- Incorpora actividades tranquilas antes de dormir, como leer un libro, tomar un baño tibio o escuchar música suave.
6- Nada de pantallas ni actividades estimulantes. Reduce el uso de dispositivos electrónicos al menos 1 hora antes de acostarse, ya que la luz azul interfiere con la producción de melatonina. Evita juegos excitantes, discusiones o situaciones estresantes cerca de la hora de dormir.
6- Pasad tiempo al aire libre durante el día para ayudar a regular su ritmo circadiano y fabricar cortisol al despertar y melatonina al irse a la cama.
7- Evita cenas pesadas y alimentos azucarados cerca de la hora de dormir.
8- Si el niño está muy estresado o nervioso, no conseguirá dormirse. Enséñale técnicas como respiración profunda o meditación infantil.
Si el niño experimenta insomnio, despertares frecuentes, ronquidos fuertes o somnolencia excesiva durante el día, consulta a un pediatra o especialista en sueño.
Fuentes:
Rico-Rosillo, M. y Vega-Robledo, G. (2018). Sueño y sistema inmune. Revista Alergia México. Vol. 65, nº 2.