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Teacher and preschool students playing with balls sitting on floor at kindergarten

¿Qué es el Síndrome de Guardería?

¿Es cierto que los niños que van a la guardería enferman más? En general, es cierto debido al contacto cercano con otros bebés, pero no debes alarmarte ya que, en la mayoría de los casos, son enfermedades benignas que se curan rápidamente y que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario del peque.

¿Qué es el síndrome de la guardería?

No es un término médico ni reconocido oficialmente, es más bien un término coloquial que hace referencia al hecho de que los bebés y niños pequeños que acuden a la guardería, sobre todo aquellos que lo hacen por primera vez, enferman más que los que se quedan en casa con cuidador.

La asistencia a una guardería supone la exposición más precoz e intensa a agentes infecciosos, la mayor parte virus, que en muchas ocasiones se traduce en episodios repetidos de infecciones, en general banales y autolimitadas (infecciones respiratorias, gastroenteritis, infecciones de la piel, conjuntivitis, etc.).

En conjunto, los estudios publicados hasta ahora proporcionan evidencia de que los niños que asisten a guarderías tienen un mayor riesgo de infecciones, sobre todo en menores de 12 meses. Se calcula que el contagio de un virus en los niños de una clase es del 70%.

Los niños que asisten a guardería tienen un riesgo dos o más veces mayor de padecer: bronquiolitis, bronquitis, faringoamigdalitis, otitis media, enfermedades exantemáticas que los que no acuden, existiendo también un aumento significativo de: resfriado común, sibilancias, sinusitis, gastroenteritis aguda, conjuntivitis, laringitis y neumonías.

Diversos estudios realizados por la Asociación Española de Pediatría indican que: “Los bebés de 0 a 24 meses padecen una media de 7,4 episodios de infecciones al año, mientras que los bebés no escolarizados solo sufren 4 episodios. En el segmento de 24 a 36 meses los no escolarizados padecen 3,1 episodios mientras que los que fueron escolarizados con anterioridad lo sufren 3,7 veces. Se va acercando la media de los no escolarizados y la diferencia es mucho menor”.

La parte buena de este síndrome, para no alarmar a todos aquellos que llevan a sus peques a este tipo de centros, es que la mayoría de las enfermedades son leves y que esta exposición puede ayudar a desarrollar su sistema inmunológico, lo que podría hacerlos menos susceptibles a enfermedades cuando sean mayores, incluso a enfermedades graves.

¿Por qué ocurre esto?

El síndrome de guardería ocurre por varios motivos. Por un lado, los niños en guarderías están en contacto con muchos otros niños, lo que facilita la propagación de virus y bacterias (incluso en el periodo de incubación), la facilidad de la transmisión (estrecho contacto con compañeros y cuidadores, la ausencia de control de esfínteres y de secreciones, compartir juguetes y objetos que se llevan a la boca, no lavarse las manos correctamente…) y el sistema inmune inmaduro del niño. Los niños pequeños aún están desarrollando su sistema inmunológico, lo que los hace más susceptibles a las infecciones.

Además, la época de otoño e invierno es propia de muchos virus estacionales y el estar muchos niños pequeños en un espacio pequeño y cerrado como las clases aumenta la propagación de estos virus.

¿Cómo evitar y prevenir estas enfermedades?

Las medidas son las mismas que las que se recomiendan para prevenir infecciones y enfermedades en general:

– Lavarse las manos con regularidad, sobre todo después de ir al baño, cambiar pañales, limpiar un vómito, estornudar o toser, limpiarse los mocos o limpiárselos al bebé…

– Limpiar con regularidad todos los artículos que se usan en la guardería, como juguetes, y aquellos que el bebé lleva de la guardería a casa.

– Cumplir con el calendario de vacunación.

– Ofrecer al niño una dieta sana y equilibrada. En los primeros 6 meses de vida lo mejor es la leche materna que fortalece el sistema inmunitario del peque. Si no se le da lactancia materna, buscar leches que incluyan nutrientes que fortalecen el sistema inmunitario.

– Cuando se inicia la alimentación complementaria, se pueden ofrecer al peque suplementos para fortalecer el sistema inmunitario.

– No llevar el niño a la guardería si está enfermo. De manera general, para evitar el contagio a otros compañeros de guardería no se debe llevar al niño a la guardería si ha tenido: fiebre, diarrea o vómitos en las 24 horas previas, si presenta úlceras bucales, erupción cutánea con fiebre o de causa desconocida, lesiones exudativas en la piel o secreción conjuntival purulenta. Una vez que haya sido diagnosticado por el pediatra y en cuanto se encuentre bien, por lo general puede acudir a clase de nuevo, aunque hay algunas enfermedades con las que hay que esperar un tiempo:

EnfermedadCuándo volver a clase
ConjuntivitisHasta que desaparezca la secreción si es vírica. Si recibe tratamiento antibiótico puede ir a clase desde las 24 horas de empezar.
Eritema infecciosoNo es necesario faltar una vez recuperado
Exantema súbitoNo es necesario faltar una vez recuperado
Escarlatina24 horas tras iniciar el tratamiento
Gastroenteritis inespecífica24-48 horas sin síntomas
Gripe o resfriadoHasta que desaparezcan los síntomas principales, sobre todo la fiebre (sin el uso de antitérmicos)
ImpétigoHasta la curación de las lesiones o 48 horas de tratamiento
Síndrome boca-mano-pieNo es necesario faltar una vez recuperado
PiojosUna vez iniciado el tratamiento
MononucleosisNo es necesario faltar una vez recuperado

– Ventilar bien los espacios cerrados: salas de juego, clases, habitación, etc.

– Procurar que el bebé duerma bien y todas las horas necesarias según su edad.

– Cuando se utilicen pañuelos, deben ser desechables y han de tirarse a la basura de forma inmediata.

Fuentes:

Asociación Española de Pediatría: https://enfamilia.aeped.es/edades-etapas/guarderia-cuando-llevar-al-nino-dejarlo-en-casa

Pediatría Integral: https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2019-03/la-guarderia/

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